Era una tarde como muchas otras, de
repente me dijiste.
-
Escribe algo para mí.
Sonreí, estaba feliz de tenerlo a
mi lado otra vez.
-
Ayúdame tú a empezar...a ver...
-
Pues… la marea sube y con ello el éxtasis de las
olas rompiendo… ¿quieres que siga subiendo?
Me hizo reír, -¡Cómo me gustaba! -
sabía perfectamente como encenderme y me había encendido. La temperatura me había
subió hasta el techo.
Entonces él insistió.
-
Escribe algo para mí -esta vez me lo susurró de
una manera muy sensual.
-
Casi sin voz, sabiendo que no tenía escapatoria,
me estaba despertando el deseo – Inspírame- le conteste.
Sentía su cuerpo ardiente, rozándose
con mi cuerpo y comenzó a inspirarme.
Tenía una habilidad especial para
excitarme, tenía una especie de control sobre mí, que hacía que me perdiera en
cuanto él quería, solo tenía que mirarme y me dejaba sin voluntad, ya solo
quería que me diera placer y él me lo daba.
Me apartó el pelo, muy despacio,
muy sensual, se perdió en mi cuello, entre susurros y besos. Descendió su
lengua hasta mi pecho, que se convirtió en algo demasiado dulce para él.
Cuando me dejé llevar, fue bajando por mi cuerpo.
Cuando me dejé llevar, fue bajando por mi cuerpo.
Estaba a punto de llegar al clímax,
cuando se apartó, yo, jadeaba sin control, era totalmente suya, gozamos de un
placer maravilloso, muy especial.
Me quedé dormida por unos
minutos, extasiada, cansada, cuando desperté, seguía desnuda, pero él, no
estaba, nunca había estado. Junto a mí, estaba mi IPAD. Él aún seguía conectado,
sonreí y susurré.
-Ya tienes tu
relato.
Lunaoscura
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