y la reina, la Bruja que enciende una brasa
en la olla de barro, no nos contará jamás aquello que ignoramos y ella sabe.
Rimbaud
luna que reinas en tu brumoso
castillo de luciérnagas, en la
noche que traspasa mis ojos y
enciende hogueras de preguntas
en las vertientes de mi sueño
olvidadizo
luna que trotas sobre mi corazón
con ritmo de hielo
crepitante
luna que marcas el tam tam de los
vigías y a la que encuentro paseando por las calles con disfraz de gusano de
seda y
perfume de verano
luna virgen inagotable, estrella
de mi frente, alcoba de
torturas, bruja de los tobillos
finos que vistes frutos
centellantes
luna que penetras mi entrecejo y
te llevas las manuscritos de
mi memoria, luna que murmuras
palabras inauditas en el
sótano de mi recuerdo, en la
estancia de lámparas encendidas
en silencio
luna, la que resbala, la que
dormita, la que se inclina, la que
sonríe detrás de los cristales,
la que devora amantes en los
ritos de los lunes
luna simétrica, luna como mujer
desvistiéndose para las
bodas, luna de cráter desolado y
somnolientas serpientes, luna
que te deslizas en el amanecer de
mi barba llenando de flores
mis oídos con palabras de árbol
susurrante
luna: tú marcas los ríos donde
termina mi vuelo de
murciélago, tú trazas el círculo
de mi desdicha que es aurora
de mis colibríes, tú eres mi casa
y mi cadena, mi espejo de
aves, el fin y el principio de mi
saqueado pecho
Sergio Mondragón
No hay comentarios:
Publicar un comentario