Es su sitio preciso,
después de rondar
por calles vacías,
encontró su lugar.
Sobre la cama,
yacen olvidos
de amores eternos,
jurados por una noche.
Las arañas danzan
al ritmo del tedio
en los muros
y espejos.
Su cuerpo se amolda
al tálamo de la ciudad rota;
se alejan de los rostros
que conoció su recuerdo.
Lunaoscura
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