Excéntrico, loco. Deambula errante, la magia de lo cotidiano perdió su encanto. De cuando en cuando, detiene su paso con fatua ilusión, solo confirma su destierro. No es falta de ánimo ni adaptación, simplemente es un ermitaño, un paria más como los que deambulan por ahí, solo que él, se cansó de insistir.
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