Caminaba tranquilamente, era una noche cálida de primavera. Al doblar en la esquina, tropiezo de frente con él. Asustada retrocedió, él permaneció inmóvil.
Sus miradas, se enlazaron en un
abrazo de apetencias amatorias. Caminaron en silencio uno al lado del otro, en
un diálogo profundo.
En la siguiente calle, ella cruzo
la avenida, él sólo la vio alejarse. Experimentaron la pasión más eternamente
fugaz de sus vidas.
Lunaoscura
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