En la geografía de tú cuerpo,
mis dedos hacen afanoso viaje,
curiosean en el ondulado
declive de tú espalda.
Deseosos van a tú vientre,
llanura colmada de rocíos,
donde mi pasión cabalga
en pastizal silvestre.
En el medio de la andanza
encuentro tú depresión,
más allá dos picos se avivan,
cuando mis labios los roza.
Tú pecho el continente,
donde mi aliento se detiene
en explosión jadeante
de devoción vehemente.
Lunaoscura
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