Ahí estaba, sola frente al espejo
con el cabello revuelto, la pintura corrida, desnuda, con dolor de cuerpo y
cabeza. En quién sabe dónde.
De la noche anterior, sólo
recordaba que, ella y sus amigas habían ido de antro. Bailaron y tomaron, la
intención era divertirse.
Ahí, conocieron a unos chicos que
andaban de ligue. Al principio todos se divirtieron juntos, poco a poco, cada
pareja agarro su onda.
Ella escogió a un chico alto,
delgado, guapetón muy risueño, de nombre… No sé acordaba…
Tomó conciencia de que tenía que
irse, la diversión había acabado, suponía que la había pasado súper.
Se levanto, recogió su ropa dispersa
por el cuarto y se dirigió a la regadera.
En la ducha observo que, su cuerpo
estaba lleno de moretones y rasguños… ¡Noche intensa! Pensó.
Cuando termino de arreglarse, por
curiosidad, busco algún mensaje o algo que hubiera dejado el chico pero no
había nada.
Salió del hotel, no sabía en
donde se encontraba, camino sin rumbo hasta que se ubico, la calle estaba casi
desierta. Buscó un taxi que la llevara a su departamento.
Sentía los estragos de la noche,
en el cuerpo y una sensación de soledad que la incomodaba… Una voz interna le
decía:
¿Qué esperabas que, el fulano
estuviera ahí con el desayuno listo para decirte que eres maravillosa? ¿Qué, quería
seguir viéndote? ¡No seas cursi, esto es cotorreo, mañana ya habrá otro!
En ese momento, la voz guardo
silencio, un taxi se había detenido. Ella lo abordo e indico su destino. El
taxista la observaba por el retrovisor, con tono malicioso, comento. ¡Estuvo,
movida la noche!
Ella, no dijo nada, sólo dibujo
una sonrisa amarga.
Lunaoscura
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