En el rincón de la taberna, fumando y bebiendo unos
tragos esta Fidel, que hastiado de lo cotidiano se vino a refugiar, con miraba
taciturna observa el ir y venir de los parroquianos.
El lugar esta concurrido, el ambiente huele a tabaco
y pescado, y al fondo se escuchan los acordes de un viejo tango.
La noche transcurre sin novedad, de vez en vez saluda algún conocido. Han trascurrido
algunas horas con unas cuantas copas. Él considera que es momento de irse, pide
la cuenta al mesero, mientras espera algo llama su atención en la barra.
Agudiza la vista y observa a la hembra más hermosa
que haya visto, esta en la barra platicando con unos amigos. Por unos instantes
se queda atontado, con la sensualidad que de ella emana. No la puede perder esa
oportunidad, armándose de valor se levanta decididamente.
Se enfila a lugar en donde ella esta, no le quita la
mirada de encima. Ella se percata de su presencia, en una muestra de coquetería
le guiña. Fidel le devuelve una sonrisa, continua caminando, a la vez va pensando que la vida le sonríe.
Sin mediar palabra, la toma del brazo llevándola a la
pista de baile. La ciñe de la cintura, moviéndose cadenciosamente al ritmo de
la música, entablan un dialogo sin palabras.
La melodía termina, ellos se enfila
a la salida.
Repentinamente el lugar es invadido de un vaho de
muerte, todos corren para salvar sus vidas, Fidel en ningún momento la suelta.
Todo es un caos.
Finalmente, cuando todo pasó, la escoba sólo
arrastraba los cuerpos inertes de cientos de cucarachas, entre los que se
contaba el de Fidel y su amada.
Lunaoscura
No hay comentarios:
Publicar un comentario