Pancho, vivía en una colonia
popular, de esas que pululan en la
Ciudad de México, era obrero en una fábrica de textiles,
padre de tres muchachos y esposo de María. Como muchos, vivía hacinado en la
casa de los suegros.
Obvio resulta que su vida diaria
era apremiante, en virtud de ser el único sostén de la familia, no obstante,
Pancho tenía una manía, cada viernes compraba un pedacito de un billete de
lotería.
Eso se debía, a que años atrás,
tuvo un sueño, en el que un hombre le obsequiaba un billete con el número 84513
que salía premiado con el premio mayor, de ahí es que cada viernes compraba
invariablemente esos números.
María, por más que le decía que
era una tontería y desperdicio de dinero, Pancho cada viernes compraba su billete.
Como rutina, una vez que se
llevaba a cabo el sorteo, él comprobaba los resultados, en ocasiones obtenía un
reintegro y en otras, sólo perdía el dinero.
Su familia, se burlaba de su
sueño y María le reñía.
Un día María estaba recogiendo la
ropa para lavarla, del bolsillo de una camisa cayó un billete de lotería,
molesta lo recogió y lo hecho a la basura. Estaba harta de esa fantasía.
Ese mismo día, en la noche llegó
Pancho apresurado, buscando su camisa, hizo tiradero de la ropa que estaba
sobre la cama. Su esposa moleste, le pregunto.
-
¿Qué te pasa?
-
¿Dónde esta la camisa azul, mujer?
-
Ella respondió desparpaja- ¡Pues colgada!
Al oír, esas
palabras, Pancho, sintió un sudor frío y pregunto.
-
¿Colgada, en dónde?
-
¡Dónde va a ser, en el tendedero! –dijo ella.
Al escuchar las palabras de la
mujer, el hombre salió corriendo, María lo seguía. En efecto, ahí a todo lo
alto estaba la camisa, ondeando con el viento.
Su esposa lo observaba desde el
lumbral de la puerta, Pancho, se llevó las manos a la cabeza y giro sobre sus
talones. Su semblante estaba desencajado y los ojos inyectado, con voz
quebrada, le inquirió.
-
¡Dónde ésta, el billete!
-
María, despreocupada y con cierta burla,
respondió- En la basura.
Una ráfaga de calor lo invadió,
¡esa mujer! Pero no había tiempo para discutir, se dirigió al bote de la
basura, tiro su contenido e hincado empezó la búsqueda.
María, extrañada con la conducta
de su marido, le pregunto.
-
¿Qué es lo que pasa?
Pancho, con rabia y frustración,
le respondió.
-
¡Salió premiado, con el premio mayor!
María, al escucharlo, rápidamente
le informó que ahí ya, no estaba, había tirado la basura en el camión en la
mañana.
Pancho, dejó de buscar llevándose
las manos al rostro, empezó a llorar. Su deseo, se había cumplido y se había desvanecido
en la basura.
Lentamente, se incorporo, se
notaba abatido. María, recogió el desorden, mientras su marido en silencio
entraba a la casa.
Más tarde, llegaron los hijos y
al ver a su padre en un rincón en silencio, le preguntaron a su madre que le
pasaba. María, les contó lo ocurrido.
En una reacción inesperada, los
chicos incriminaron a su padre, él guardaba silencio, pero lo más inaudito es
que María se les unión.
Ahí, entre gritos e insultos,
Pancho, se juró jamás volver a comprar un billete de lotería.
Lunaoscura
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